- ¿Y ahora qué haremos?
Los renegados contemplaban el atardecer desde las montañas, que se iban tiñendo de una luz anaranjada.
-Todo - dijo LaBola. - Todo lo que queramos o podamos hacer. En nuestras manos está el Segundo Origen. Hemos aprendido mucho como Humanidad: ahora se trata de escoger entre lo bueno y lo malo, apartar los errores y vivir. Estamos en disposición de empezar de cero. La civilización actual ha sido un error; ha gestado un Fin del Mundo y nosotros hemos sido testigos de ello. Pero ahora, conociendo el pasado, vamos a enmendar el futuro construyendo el presente con una premisa que no debemos olvidar jamás: la libertad del individuo basada en el conocimiento, la cultura y la bondad. ¡Podemos hacerlo!
-Ardua tarea - susurró Wan.
-No sólo podemos hacerlo, sino que no nos queda otra - sonrió LaBola intentando infundir ánimos en sus compañeros.
El que había sido President de la Generalitat se levantó:
-¡Podemos declarar la independència de Catalunya! Un país nuevo, nacido de la concordia, la sostenibilidad, la resiliencia, el respeto al medio ambiente y la eco...
-Tu tiempo ya pasó, Aragonès; el tuyo y el de todos los politicastros que habéis detentado un poder que no os correspondía. - LaBola miró hacia el sol que ahora daba al ocaso de las laderas un color rosado. - Zenutrio, déjame tu Biblia. Porque tal vez muchos no lo sepáis, pero el Apocalipsis acaba bien.
LaBola abrió la Biblia por el último libro del Nuevo Testamento y leyó:
"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar no existía ya. "
"Y me mostró un río de agua de vida clara como el cristal que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle y a un lado y otro del río había un árbol de vida que daba doce frutos, cada fruto en su mes, y las hojas del árbol eran saludables para las naciones. No habrá ya maldición alguna y el trono de Dios y del Cordero estará en ella y sus siervos le servirán y, verán su rostro, y llevarán su nombre sobre la frente. No habrá ya noche ni tendrán necesidad de luz de antorcha ni de luz del sol porque el Señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos."
FIN
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